sábado, 4 de febrero de 2012

Capitulo Siete: "Y por nada del mundo la perdería."


Narra Emmily.

Siete y media de la mañana, me desperté y vi que no estaba en mi habitación, sino que estaba en España. Me levanté de la cama y me dirigí al cuarto de baño, me lavé la cara y salí de la habitación.
Como sabía que no había nadie abajo, me dirigí a la habitación de Zayn, me apetecía despertarlo. Abrí sigilosamente la puerta y la cerré tras de mí; me acerqué con cuidado de no haber ruido y lo vi allí, durmiendo y estirado todo lo largo que era, me senté a un lado de la cama y acerqué mis labios a su cuello dándole un pequeño mordisco, algo que hizo que se despertara.
-          Buenos días.- dije antes de darle un beso en la mejilla.
-          ¿Qué hora es?- preguntó adormilado.
-          Las ocho.- añadí.- Levántate.
-          Es muy temprano.- gruñó.- A las diez me levanto.- dijo tapándose la cabeza con la sábana.
-          No, vente conmigo a correr, por favor.- protesté.
Estuve esperando una respuesta, pero no la conseguí. Me levanté dándole un ligero golpe en la cabeza. Bajé a la cocina y me encontré con Liam tomándose un vaso de leche con un zumo y unas tostadas.
-          Buenos días.- dije al entrar en la cocina.
-          Buenos días.- sonrió.- ¿Qué haces despierta tan pronto?
-          Iba salir a correr por la playa.
-          Yo acabo de llegar.- me comentó.
-          Voy a vestirme.- dije.
Subí escaleras arriba hasta mi habitación. Abrí el armario y saqué unos shorts elásticos, una camiseta de tirantes y una sudadera con cremallera., me calcé unas zapatillas y me hice una coleta, cogí mi móvil con los auriculares y acto seguido me bajé al piso de abajo; en la cocina estaban Harry, Zayn, Olivia y Liam, les di los buenos días y me fui.
Empecé a correr por la orilla de la playa, paraba cada veinte minutos a tomarme el pulso; cuando iba corriendo vi un muchacho que me resultaba familiar y así era, fui corriendo hacia él y pegué un salto para subirme a su espalda.
-          ¡Hola!- dije revolviéndole el pelo.
-          Hola Emm.- contestó riendo.- ¿Dónde vas?
-          Estaba corriendo, entonces te he visto y he saltado a tu espalda.- reí.- me voy ya para casa, ¿vienes?
-          Claro, vamos.
Me bajé de su espalda, y acto seguido colocó sus manos en mi cintura y empezamos a caminar hacia casa. El camino transcurrió entre risas y más risas, con él me sentía yo misma, era como mi hermano mayor, es más, lo quería como a un hermano, podía contarle todo y él me escuchaba, lo apreciaba mucho, muchísimo. Después de estar diez minutos andando, llegamos a casa, entramos por la puerta que daba a la cocina, y allí estaban todos, riéndose a más no poder; Zayn al verme se acercó, le hizo un ademán a Louis para que se fuera y me cogió por la cintura guiándome hacia el patio. Nos fuimos a una especie de columpio donde nos sentamos, pero yo en su regazo.
-          Te quiero.- me susurró al oído.
Le miré con una de mis mejores sonrisas, pasé una de mis manos por detrás de su cuello y le besé, él no dudo en devolverme el beso, acto seguido, posó su mano en mi muslo jugando con el borde del pantalón. A medida que pasaba el tiempo, el ritmo de los besos aumentaba, su lengua jugaba con la mía animadamente, si por mí fuera pararía el tiempo, pero somos personas y necesitamos respirar, así que me separé escasos centímetros de él. Respiraba entrecortadamente, mientras él se mordía el labio inferior, no lo dudé ni un minuto y lo volví a besar. Después de un rato los dos juntos, oímos a Harry gritar.
-          ¡Louis, no!- parecía que lo estaba ahogando en la piscina.
Me levanté del regazo de Zayn y me dirigí a la piscina, en efecto, Louis estaba ahogando a Harry en la piscina, me apetecía bañarme, así que subí a mi habitación y me puse el biquini. A los diez minutos bajé y ya estaban todos en la piscina jugando con una pelo inflable, habían puesto una red en medio de la piscina. Al llegar, me senté en el bordillo mojándome los pies, pero cuando me quise dar cuenta, estaba dentro de la piscina.
-          ¿Quién ha sido?- pregunté apoyándome en el bordillo para hacerme la coleta bien.
-          Yo no.- dijo Harry, le miré seriamente, pero se me escapó una leve risa.
Iba a salirme de la piscina cuando unos brazos me agarraron la cintura y me volvieron a introducir en la piscina, notaba un torso pegado a mi espalda, no me hacía falta girarme para saber quién era. Fue pasar su mano por mi barriga y producirme un escalofrío por todo el cuerpo.
-          Zayn, quita.- dije intentando separarme de él.
-          Que pronto han cambiado tus sentimientos hacia mí.- dijo en tono melodramático.
-          No digas tonterías.- reí.- solo quiero ahogar a Harry.
-          A entonces, adelante.- dijo soltándome.
Me acerqué disimuladamente a Harry por detrás y le capucé, me empecé a reír, pero cuando salió de debajo del agua nadé hacia donde estaba Zayn.
-          Esta te la guardo Emm.- dijo Harry sacudiéndose el pelo. Yo reí, cuando Harry se fue con los demás, me colgué del cuello de Zayn agarrándome a su cintura con mis piernas y dándole un pequeño mordisco en el cuello.
-          ¿Cuántas marcas me has hecho ya?- preguntó tocándose el cuello.
-          Dos.- dije riendo.
Me agarró por la cintura, pero una de sus manos se pasó de largo, me besó delicadamente y con dulzura, pero tanto él como yo, sabíamos que esa dulzura iba a durar muy poco. A medida que pasaba el tiempo, el ritmo subía y a la vez su mano bajaba y subía, jugaba con su lengua, pero sin abusar, pero tuvo que llegar alguien ha fastidiar aquel precioso momento.
-          ¡Os vais ahogar!- dijo Harry tirándonos la pelota, me giré hacia él
-          ¿Quieres tú otro Styles?- pregunté animadamente.
-          Oye pues no estaría mal…- dijo él.
-          Em, sí, pero frena campeón, ella es mía.- se quejó Zayn.
Yo me empecé a reír, parecían dos niños pequeños discutiendo por un juguete, me hacía mucha gracia. Me separé de Zayn y me salí de la piscina, me quité la coleta y me tumbé en una tumbona de las que había viendo como los demás se reían sin parar. No veía ni a Olivia ni a Liam por ninguna parte, a saber que estarían haciendo; de repente me vino a la cabeza lo de California, de esta noche no pasaba, se lo tenía que decir a los chicos, me puse las gafas de sol y me tumbé boca abajo para tomar un poco el sol. Pasaron unos diez minutos y pasé adentro de la casa, para hacer la comida, pero antes, subí a la habitación, me puse unos pantalones cortos y una camiseta de tirantes. Minutos después, bajé a la cocina y empecé a preparar la comida; saqué una cacerola, le eché agua y la puse a hervir, seguidamente cogí el tomate, la cebolla y la carne y empecé hacer el sofrito; cuando el agua ya estaba hirviendo introduje los espaguetis y le bajé el fuego, una vez quitada el agua, eché el sofrito y lo mezclé. Los deje reposar para que se enfriaran un poco y empecé a poner la mesa. Cuando salí a la sala de estar, me encontré a Liam y  a Olivia que acababan de llegar, se habrían ido a dar un paseo por los alrededores.
-          Voy a cambiarme y te ayudo.- me dijo Olivia después de darme un beso en la mejilla.
-          Va.- respondí.
-          Liam, diles a los chicos que vayan saliendo ya, que vamos a comer dentro de nada.- le dije, este asintió y salió fuera avisarles.
Empecé a quitar las cosas de la mesa, al cabo de unos minutos bajó Olivia y la pusimos entre las dos, nada más terminar de poner la mesa, aprovechamos para hacer gelatina para merendar y así poder tomar algo fresco. Estábamos poniendo la gelatina cuando oímos a los chicos entrar, ya se habían secado y cambiado de ropa.
-          ¡Comida!- gritó Niall entrando en la cocina.
-          Parecéis una jauría de perros hambrientos.- comenté, esto provocó la risa de todos.
-          Bueno sí, lo que tú digas, quiero comer.- replicó Louis.
-          Llevaros para beber y enseguida vamos.- les dije.
Una vez que salieron los chicos de la cocina con las bebidas, recogimos un poco aquello y llevé la comida a la mesa. Cada uno se echó la cantidad que quería, pero como siempre, Niall comió más que todos; la comida transcurrió tranquila, menos en unos ratos que unos se manchaban a los otros de tomate.
-          ¿Traigo ya el postre?- les pregunté.
-          ¡Sí!- dijeron al unísono.
Me levanté y me llevé la cacerola a la cocina, mientras le echaba agua noté unos brazos rodear mi cintura y unos labios morder ligeramente mi cuello, lo que causo un gemido por mi parte.
-          Zayn, te mato.- dije tocándome el cuello.
-          ¿Entonces yo a ti no te tengo que matar?- dijo irónicamente.- Me has hecho dos y no se me van a ir en una temporada.
-          No pongas excusas.- dije riendo. Me volví hacia él y le di un corto beso, seguidamente cogí el postre y lo llevé al comedor.
-          Hay uno para cada uno.- dije mirando a Niall.
Todos cogieron su gelatina correspondiente y se pusieron a comérsela, o eso parecía; todos empezaron a pelearse con el postre, era el momento ideal para contárselo a los chicos.
-          Chicos.- comencé diciendo, esperé a que todos me miraran para que continuara.- tengo una cosa que deciros y no os va a gustar.- se produjo un silencio incómodo con intercambios de miradas confusas.- me voy a California por una temporada.- por fin lo dije.
-          ¿Cómo que te vas? ¿Cuándo?- preguntó Olivia.
-          A mi padre le han trasladado allí, así que, cuando termine el verano, me dudaré allí con mi padre…- le contesté.
-          ¡¿Desde cuándo lo sabías?! ¡¿Has tenido el valor de callártelo o es que te lo ibas a callar?!- gritó Zayn levantándose bruscamente de la mesa.
-          Zayn…- dijo Louis.
-          ¡Cállate!- volvió a gritar.- Entonces es verdad, te lo pensabas callar.- dijo dirigiéndose a mí.
Tiré la cuchara encima de la mesa y me levanté de ésta, corrí escaleras arriba y me encerré en la habitación, quería gritar, llorar y romper algo.

Narra Louis.

Se me cayó el alma al suelo al ver como Emmily subía corriendo al piso de arriba llorando, no la podía ver así, era como mi hermana, la quería como tal.
-          ¡¿Cómo eres tan gilipollas?!- dije levantándome de la mesa.
Subí al piso de arriba, necesitaba estar con ella, ahora que no estaba su hermana me necesitaba más que nunca. Pique a su puerta, oía como lloraba desconsoladamente.
-          Emm, abre, soy yo, Louis.- le dije dulcemente. Oí como se levantaba abrir la puerta, cuando la abrió se volvió a tumbar.
Cerré la puerta tras de mí y me acerqué a la cama, me senté en uno de los lados y le froté la espalda.
-          Déjale, ya se le pasará. No merece la pena llorar por alguien así.- intenté consolarla, pero no podía, se reincorporó y me abrazó.- Venga Emm, no llores, por favor.
-          No entiendo por qué se ha puesto así.- sollozaba, le costaba hablar.
-          Chss.- dije acariciándole la cabeza.- Descansa un poco.Ella obedeció y se tumbó en la cama, me iba a ir, pero su voz me detuvo.
-          Quédate, por favor; te necesito.- dijo sollozando.
No lo dudé ni un segundo y me tumbé con ella, apoyé mi espalda en el cabecero para que ella se acurrucara en mi pecho, me sentía muy protector con ella, y por nada del mundo la perdería...

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